y su proverbial sandez

Los perros saben leer

18:00 Posted by Martín Caño No comments
Me quedé a cuadros cuando lo leí. Ahora resulta que los perros encuentran a sus dueños porque reconocen el idioma humano (se sospechaba), pero porque saben leer.

Investigadores del comportamiento animal de la University of Minnesota, han demostrado a través de estudios concluyentes que la mayoría de las razas de perro son capaces de entender los caracteres escritos por los humanos, independientemente del idioma en el que estén escritos, es decir, aprenden a leer.

"La idea surgió cuando unos amigos, que eran hermanos, se vieron involucrados en el mismo accidente con sus dos coches. Ambos viajaban con sus familias y sus perros. Afortunadamente, y pese a lo aparatoso del accidente, nada les sucedió. Pero a los pocos días, el perro de Mike llegó, y la alegría para todos en su familia fue inmensa. En la casa de al lado, Roger y su familia aguardaron ansiosos el regreso de Berna, su pastor alemán, también perdido en el accidente", dijo Anthony Baraga, impulsor y supervisor del proyecto "Reader".

Nunca apareció Berna, y la curiosidad surgió en la cabeza de Baraga, que investigó las posibles causas del no retorno de Berna. "Mike y Roger me explicaron lo sucedido en el accidente, y sabiendo con relativa certidumbre que no murió el animal en el accidente, pues no se encontró ni el cuerpo ni rastros de sangre, averigüé que la diferencia entre ambos canes era que el perro de Mike viajaba en los asientos traseros y tenía visión completa de cuanto le rodeaba, mientras Berna viajaba correctamente colocada en el maletero del coche en un hueco que solo le permitía la vista hacia atrás. Eso excitó mi curiosidad y decidí plantear el asunto en la universidad".

El asunto terminó investigándose en el enorme campus que la University of Minnesota tiene en Twin Cities. Se criaron dos perros de idéntica raza, viviendo en el mismo edificio, comiendo lo mismo y cuidados por el mismo dueño, que los sacaba a pasear por separado, pero a uno de ellos se le tapaba la cabeza cuando salía a la calle. El perro que tenía la vista libre, Trexus, llegaba perfectamente a su hogar, tirando del dueño, mientras que Helio, el de la cabeza tapada, se comportaba como el esclavo de un perro lazarillo, sin valerse de su olfato para dirigirse a su hogar.

Una de las pruebas principales del experimento fue la de enseñar a Trexus diferentes carteles escritos, observando las reacciones del can. Cuando se le mostraba la palabra "Food", abría la boca y miraba a su cuidador. Cuando se le mostraba la palabra "Car", el perro aparecía indiferente. Cuando se le mostró el cartel con la calle del campus donde estaba su edificio, y a continuación, el nombre de éste, el perro alzaba las orejas y se le aceleraban las pulsaciones.

La prueba definitiva se sucedió a los pocos días. Se planeó un largo recorrido por el campus, de hecho se salía incluso a pocos kilómetros de la pequeña ciudad universitaria, eso sí, siempre dentro de terreno acotado. Se colocaron carteles escritos en inglés indicando en qué dirección estaba el campus, para tratar de guiar a los perros a su hogar, carteles que ya no fueron necesarios dentro del campus por existir ya una señalización. A 5 kilómetros, los investigadores soltaron a los dos perros (que fueron sacados de su hogar con la cabeza tapada), separados por unos 500 metros. Ambos llegaron sin problemas a la carretera que enlazaba con el campus, pero se observó que mientras Helio aparecía despistado, Trexus se fijaba en los carteles indicadores y los siguió, mostrándose apenas dubitativo y sin cambiar nunca de dirección si no veía un cartel, apareciendo en apenas dos horas en la puerta de su hogar. Fue necesario salir a buscar a Helio, que estaba despistado junto a unos matorrales. Era la primera vez que ambos perros hacían ese recorrido y Trexus apenas se sirvió del olfato.

"¿Quién no se ha preguntado alguna vez cómo puede un perro perdido o abandonado seguir la pista de su dueño, a lo largo de cientos o miles de millas, que ha salido del lugar subido en su coche?", plantea Baraga, cuestionando la capacidad olfativa e instintiva de la raza canina.

El experimento se repitió con dos razas diferentes. La segunda prueba se hizo con dos ejemplares de dálmata, con la diferencia de que a ambos perros se les taparon los ojos cuando salían a la calle. Ninguno consiguió encontrar su hogar. A continuación se volvió a repetir la investigación con dos mastines, y esta vez se dejó a los dos perros la visión libre cuando salían a pasear, y el resultado fue que ambos perros llegaron a su hogar.

La última prueba se repitió con los dos dálmatas que no pudieron encontrar su hogar, pero esta vez a uno de ellos se le permitió ver, y éste perro completó con éxito la prueba, quedando su compañero perdido como en el anterior intento.

Cada intento costó a los investigadores alrededor de un año, por lo que el conjunto de la experimentación costó al equipo de la University of Minnesota casi cuatro años, llegando a una cierta conclusión: la raza canina es capaz de memorizar, componer y entender las letras y su conjunto, o sea, que pueden aprender a leer.

¿Estamos ante un descubrimiento que haga más humanos a los perros? ¿habrá que cambiar el estátus legal de los canes como individuos en la sociedad? ¿cual será la consecuencia del conocimiento de que un cachorro canino puede aprender a leer en su primer año de vida?

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