y su proverbial sandez

Churrería Elena Racing F1 Team

9:50 Posted by Martín Caño No comments
Ver los partidos de fútbol se ha convertido en la actualidad en algo realmente peligroso, o cuando menos incierto, pues uno nunca sabe quién va a arrojar algún objeto que te pegue en la cabeza, qué aprendiz de delincuente te va a gritar o agredir simplemente porque te gusta el equipo contrario o, en el trayecto de ida o en el de vuelta al estadio, encontrarte con un grupo de desalmados embufandados que se dedican a agredir a cualquiera que se crucen, simplemente porque les has mirado. Y si vas con niños, peor.

Cuando yo era niño era otra historia, y cuando uno acudía con su padre al estadio era un día de fiesta, siendo jalonado por cientos, miles de aficionados que caminando peregrinaban hacia una meta común. Pipas durante todo el partido, bocadillo de tortilla en el descanso… costumbre y ritual.

Pero para los que no teníamos dinero, el asistir a un partido de fútbol de primera división era algo que se podía hacer, como mucho, una vez al año. Nos teníamos que conformar con ver los partidos de los equipos de barrio, en campos de arena. Recuerdo a uno de los poquitos equipos con patrocinadores (era algo que no se estilaba en los años 70), el “Churrería Elena”, equipo aguerrido donde los hubiese, con una camiseta verde legionario, fea a más no poder, con unos chavales desgarbados y con algún pieza que despuntaba, que seguramente sería engullido al año siguiente por el todopoderoso “J Madrid”.

Y puestos a ponerle nombre al “Churrería Elena”, yo le hubiese puesto “Selección Madrileña”, hubiese sido un distintivo de mucho más abolengo, más digno, ya que llamarse churrería queda como algo cutre, aunque he de decir que en la todavía existente Churrería Elena, se pueden comprar las mejores patas fritas y lo más espectaculares “kikos gordos” de todo Madrid.

Pero no, no quiero atolondrarles con historias futboleras de mi niñez. Viene todo esto a mi mente a raíz del nuevo y flamante Hispania Racing F1 Team. Desde que Campos estaba al frente del tinglado, nunca vi clara la concepción del equipo, ni su pasado ni su futuro, es más, siempre he tenido la sospecha de que las cuentas pendientes de Mosley con Nelsinho, hicieron al inglés, adicto al cuero, meter con calzador a Campos Meta, en detrimento de otros mejores proyectos, al objeto de que Adrián contratase a Nelsinho. Pero esa es otra historia.

Cuando me enteré que el equipo “español” pasaría a llamarse Hispania, me pareció un poco pretencioso, pues aunque es nombre de la empresa de Carabante, denota un patrioterismo creo que mal traido, una relación con la piel de toro que parece forzada. Colocarle ese nombre a un chasis italiano, motor inglés, piloto hindú, piloto brasileño, team principal rumano y un solar en Murcia, me parece insultante.

He leido por muchos sitios el triunfo de poner el coche en Bahrein, y me he sentido perro verde pensando estas cosas. Donde yo veo el mayor disparate deportivo que recuerdo en la F1, la mayoría veían el resultado de una superación, un desafío por estar en una categoría, a cualquier coste. Únicamente vi en un escrito del colega MAG una opinión similar a la mía, y por ello, me decidí a escribir esta entrada. Cuando vi los coches de los nuevos equipos hacer la calificación me sorprendí ¿cómo era posible que estuviesen tan lejos? La gente ponía excusas, “pobrecillos”, “han tenido muchos problemas”, “todos los han abandonado”, pero estar a casi ¡once segundos! por vuelta es, además de peligroso, grotesco.

Siento la dureza de mis letras, pero me disgusta como español que se identifique a mi país con una escudería que de española solo tiene el nombre y que no sería competitiva ni en la GP2. Me opongo a que el nombre de España sea visto en la F1 como sinónimo de mediocridad y a que los miembros del equipo sean considerados los nuevos pordioseros herederos del estátus de Minardi. Me dio incluso vergüenza ver a Chandhok detenerse en la primera vuelta y al sobrinísimo romper el radiador en la 17 o la 18. No, eso no es lo que quiero de una escudería que lleva el nombre de mi país.

Sin duda, en la FIA han visto el problema de rendimiento de los nuevos equipos, y su presidente Jean Todt ha manifestado que estaba estudiando la posibilidad de retomar la norma del 107 por cien. Para los que no lo sepan, esta norma prohibe la participación en la carrera a todo aquél piloto que haga la calificación superando el 107 por cien del tiempo del ganador de la pole. Apoyo completa y decididamente el proyecto de Todt, aunque el francés haya dado un balón de oxígeno a los nuevos equipos retrasando la posible aplicación de la norma hasta la temporada 2011. Creo que es un error que le puede costar un hueso roto a algún piloto, porque no nos olvidemos que la anchura de la pista de Bahrein y los escapes del circuito no van a ser la tónica en todos los circuitos, y nos dirigimos a uno que puede ser especialmente complicado, quizá el peor, Melbourne. Esperemos que no tengamos que lamentarnos dentro de pocos días de la no aplicación inmediata de la norma.

Muchos tildan de éxito las veinte vueltas del equipo “español” a Bahrein, allá ellos, para mí fue un espectáculo bochornoso ver a Chandhok romper el coche y decir después que un bache le sacó del circuito ¿pues por donde rodaba la criatura, que ese bache no sacó a nadie más de la pista?. También Adrián Campos ha manifestado que era muy probable que el equipo hiciese el ridículo, y que el objetivo era dar vueltas al circuito de Bahrein. Un despropósito. Deberían abandonar el ilustre nombre que presumen y denominarse, con todos mis respetos para mi amigo José y su señora Elena “Churrería Elena F1 Racing Team”.

"Dios se vale muchas veces de los débiles para abatir a los poderosos"
Juan Donoso Cortés

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