Al escribir una entrada anterior, "Paseando por México", manifesté lo maravillosas que pueden ser las nuevas tecnologías para alimentar los recuerdos de una persona sobre un determinado lugar del mundo. Recuerdo como gocé volando con el programa Google Earth por muchos rincones y calles de México.
A través de Google Buzz, me llegó una respuesta a esa entrada, de mi compañero de fatigas David Pereira, y fue un descubrimiento maravilloso, impresionante, espectacular. Me dijo David "¿Y no probaste el Google Street View?". Inmediatamente tecleé en el buscador y me apareció el resultado... Google Maps.
¿Y qué tiene Google Maps tan maravilloso y novedoso?, me dije. Me puse a trastear con la utilidad "Street View". Muy fácil su funcionamiento.
Entramos a la web de Google Maps, y nos sale un mapa en pantalla:
Acercaremos y alejaremos el mapa a nuestra conveniencia, nos dirigiremos a la calle donde vivimos y, si está el muñequito amarillo de la fotografía (a veces se vuelve gris, que quiere decir que no está operativo), lo pincharemos con el ratón y lo colocaremos en nuestra calle: por arte de magia veremos una fotografía de nuestra calle.
Pero la novedad de esto (al menos para mí) es que no se queda en una simple foto, sino que nos podemos mover, circular de un lado para otro, ver escaparates, fisgonear por las ventanas, ver nuestro coche, comprobar cualquier dato del entorno del lugar elegido, interactuar, en definitiva. Es muy intuitivo el tema y nos pasaremos horas delante del ordenador.
Yo estuve viendo qué ha cambiado en mi barrio desde que me fui, y comprobé que nada, porque mi coche está aparcado en la puerta. Es lo que tiene el sistema, que no puede el cochecito pasar todos los días. ¿Y como funciona el sistema? Fácil, un vehículo como del de la siguiente fotografía es el encargado de tomar las fotos que después veremos en Google Maps. Si lo ven, acuérdense donde lo han visto, y seguro que salen en la foto:
Las cosas que podemos ver son sorprendentes, y esos lugares olvidados ya, recobran fuerza en nuestra memoria. Ayer, circulando con la nueva herramienta por una calle de la Ciudad de México, me detuve delante de un puesto de comida, una tragadera cualquiera de las que abundan en México, y acercando la foto, pude ver todas las delicias de las que carecemos en la tierra del mojo picón. Este es un ejemplo de lo que podremos ver:
He de decir que es sorprendente, adictivo a más no poder, y emotivo, muy emotivo, pues ves lugares por los que has paseado mil veces y que tu mente ya ni recuerda.
Gracias Google, y gracias a David Pereira por la recomendación.
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No le faltes al respeto a ´naiden´