y su proverbial sandez

Los virtuosos de la F1

21:25 Posted by Martín Caño No comments

En la reciente historia de la F1, han aparecido muchos pilotejos, más aprendices de pilotos, algunos "asesinos natos", un número muy pequeño de pilotos con la categoría de genio, y por último, muchos chóferes virtuosos.

Estos virtuosos muchas veces se han aprovechado inteligentemente del instinto ganador de los genios, instinto por el que el genio termina claudicando en una carrera o en un campeonato víctima de errores provocados por la ambición; los virtuosos realizan y llevan a cabo lo que mejor saben hacer, es decir, mantener una regularidad asombrosa, pelear de vez en cuando con el verdadero genio, y huir de cualquier incidente de carrera como del mismísimo Satanás. Y por supuesto, pondré nombre a algunos de ellos, como no podía ser de otra forma: Keke Rosberg, Damon Hill, Jenson Button, Ralf Schumacher, Gerhard Berger, David Coulthard, y un largo, larguísimo etcétera.

Revisando nombres, se podría definir al virtuoso como piloto de segunda fila que ha tenido buenas oportunidades en cuanto a monoplazas, y que en ocasiones puntuales se ha endulzado merecidamente con las mieles del triunfo, generalmente debido a los errores provocados por el hambre, del instinto asesino, del primer espada. De hecho, una gran parte de los nominados por muchos a mejor piloto de F1, proviene de esta numerosa tropa de segundones venidos a más.

Y centrándome en uno, por ejemplo en el británico Jenson Button, se muestra claramente de qué pasta están hechos este tipo de pilotos. Normalmente tienen unos comienzos que apuntan muy alto, como fue el caso de Jenson, despuntando en alguna categoría inferior. Seguidamente tienen ocasión de foguearse como probadores de algún equipo medio-alto, de conocer el monoplaza y la categoría. El debut en la F1 como pilotos titulares suele ser ilusionante, pues las buenas maneras se ven y suelen vencer en ocasiones a los establecidos como primeros pilotos, igual de segundones que ellos mismos, pero más viejos, como fue el caso de Button con Ralf Schumacher en Williams en el año 2000. Después viene el asentamiento propio del conformista que espera su oportunidad, muchas carreras esperando errores y no demostrando nunca una genialidad al volante.

Y Jenson, el amigo Jenson, peleando duramente por ser un piloto del montón, por ser cabeza de ratón, vio, al igual que otros, recompensada su ambición en aquella carrera de Hungría de 2006, pasada por agua, en la que el inglés se limitó a no cometer errores, sin luchar por nada, y la casulidad y los errores de los demás le hicieron encontrarse en la primera posición de una carrera en la que, uno tras otro, los pilotos genio se fueron, abandonando, víctimas de su propio poderío. Y ahí quedó, su logro. No debería haber tenido más recompensa que esa.

Hasta que el fulano en turno, llámese Button o cómo diantres quieran, se encuentra pilotando un coche de primer nivel. Se ve sorprendido por ser él el privilegiado de llevar adelante a semejante máquina. Y el tipo aprieta, e incluso puede ganar varias carreras por tener una máquina mejor que la de los demás, hasta puede luchar por coronarse como el campeón y, en último extremo saborear el campeonato del mundo de F1 sin demostrar nada concluyente... bueno, concluyente sí, su mediocridad, que le impide luchar de tú a tú más de dos curvas seguidas con un crack. Y también su tesón.

Estos virtuosos no son dignos de lástima, solo son gente más limitada que sus compañeros los genios, pero esa limitación les hace aguzar el ingenio para doblegar al rival, ya sea por aburrimiento, por una buena capacidad de trabajo, o por una envidiable constancia, porque esa suele ser su principal arma, que bien manejada les puede hacer ser considerados como uno de los grandes de la F1, pero nunca podrán optar a estar con los genios, esos benditos pecadores.

"El virtuoso se conforma con soñar lo que el pecador realiza en la vida"
Platón

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