y su proverbial sandez

La causas justas

14:26 Posted by Martín Caño No comments

Los que vivimos en el mundo real (no podemos contar a todo aquél que gane más de 12000 euros al mes), tenemos la impresión de que somos una maquinita de hacer dinero, siendo necesario siempre tener nuestra cartera a mano, bien surtida de visas y de mastercards. Uno sale de casa y se encuentra a verdaderos tiburones que le miran a uno con los ojos inyectados en sangre, babeantes, sedientos. Te ofrecen todo lo que necesitas, y lo que no, pues también; les dices que no, y ahí siguen, diciéndote lo que te hace falta y lo desgraciada que será tu vida si ese colchón, esa televisión o esa tarjeta de crédito.

En las relaciones del ciudadano con la administración las cosas están muy claras, y cuando nos dirigimos a realizar un trámite que ni puñetera falta nos hace, pero al que nos obliga la propia administración, nos encontramos con que sólamente somo generadores de dinero y de trabajo para determinados funcionarios, que piensan que no teníamos otra cosa que hacer y vamos a molestarles para entretenernos.

Hace un par de días me decidí a iniciar la que creo es una buena causa, utópica, eso sí, pero ambiciosa y justa, de eso no me cabe duda. El nombre (alguno debía tener) es "GPS Limit", y no es más que la pretensión de limitar automáticamente la velocidad de los vehículos de calle, de acuerdo al tipo de vía en la que se encuentren.

Llevaba un tiempo dándole vueltas a la cabeza. Cada vez que veía a un desalmado a increible velocidad me preguntaba ¿pero por qué va tan rápido? ¿es que no se da cuenta del daño que puede hacer? Obviamente no, ya sea por juventud, inexperiencia, prisas, porque le gusta, o simplemente porque es un insensato que no respeta la vida de nadie.

Y teniendo ya comprobado que somos unos salvajes que nunca respetaremos ciertas normas ¿por qué no limitar automáticamente la velocidad de los coches? Mil ideas para llevarlo a cabo se agolpaban en mi cabeza, pero la del GPS fue la que destacó entre todas. Les explico:

Evidentemente no se puede decir "Limitados los coches a 120 km/h", porque dentro de una ciudad, con sus pasos de peatones, niños corriendo, coches aparcados, potenciales situaciones peligrosas al fin, el vehículo podría ir a esos 120 km/h, siendo una velocidad desmesurada. Todos hemos visto como trabaja el GPS de los vehículos, que lee todo el terreno, carreteras, nombres de calles... y límites de velocidad. Cuando excedemos este límite, aunque sea por 5 km/h, el aparato nos emite una señal acústica para avisarnos de que estamos rodando a mayor velocidad de la permitida.

Pretendemos que el navegador GPS esté conectado al sistema de alimentación del coche, no siendo necesario ya que emita la señal acústica, sino que le dé la orden al vehículo de bajar la velocidad, una orden efectiva, sin dejarle exceder la velocidad marcada en cada momento y en cada tipo de carretera.

Fácil ¿verdad? Hemos contactado a personal cualificado y nos han confirmado que se puede hacer sin mayores problemas. Surgen dudas técnicas en varios aspectos, pero solventables de forma más o menos fácil, como puede ser la falta de cobertura GPS en algunos puntos o, la salida del vehículo a un país en el que no esté en vigor el sistema. Pero todos estos escalones deberían ser fácilmente acometidos en pos de la recompensa final: la reducción DRÁSTICA de los muertos en accidentes de circulación.

Algunas webs colaboradoras ya tienen colocada una pequeña publicidad de nuestra causa. Es la siguiente:

¡Solución ya para el exceso de velocidad en 
las carreteras del mundo!

¿Piensas que no es tu problema?


Todos peligramos.
Que también sea tu causa, ¡apóyanos!


Si quieres que sea también tu causa, pulsa en el enlace y te llevará al grupo de Facebook que es la base de todo esto. Si quieres colaborar con nosotros, pues tomar el pequeño banner del comienzo de este post y dirigirlo a http://www.facebook.com/group.php?gid=114042291962863 , o simplemente contáctanos en marmargoed@gmail.com y estaremos encantado de charlar contigo y oirte.

Volviendo a la entradilla, y a la falta de consideración de la administración con el ciudadano, sabemos que es difícil que nos hagan caso, pues son muchos los intereses que tienen las marcas automovilísticas en mantener intactas las velocidades en sus coches, pero también sabemos que estamos en un callejón sin salida en lo que respecta a los accidentes, por lo que nuestra medida u otra similar serán una realidad en el futuro. Esperemos que sea inmediato.

Cuando seamos un número importante de miembros, redactaremos un informe técnico que será remitido al Presidente de la Federación Internacional del Automóvil, acualmente el francés Jean Todt.

Quién sabe si tocaremos el nervio adecuado y, lo que ahora es una utopía, sea toda una realidad.

Muchas gracias

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