Y la naturaleza nos venció

Últimamente, las catástrofes naturales se reproducen por todo el planeta, vientos huracanados, tormentas inmisericordes, terremotos brutales con cientos de réplicas, tsunamis que recorren miles de kilómetros para dejar sentir su poder donde menos se espera, montañas que desaparecen ante nuestra vista, engullendo todo lo que encuentran a su paso, lluvias torrenciales donde nunca antes cayó una gota, y un largo etcétera.

Cuando durante la guerra fría nos planteábamos la posible destrucción del planeta, todos vivíamos con miedo a que a cualquiera de los dos psicópatas se les ocurriese apretar el botón y mandarnos a todos a la chingada. Nos preguntábamos si éramos algo nocivo para nuestra querida y poco respetada Tierra.

Afortunadamente, nada de eso pasó, pero según me voy haciendo viejo, me doy cuenta de que el daño que le podemos hacer al planeta en ínfimo, causando solo destrozos a especies animales y vegetales, que terminarían recuperándose con los siglos, mutando en otras diferentes, es decir, abriéndose paso a la vida.

Con los últimos desastres naturales, asumo que una ligera sacudidita de la Madre Tierra, nos mandaría a todos a hacer compañía a los dinosaurios, y la mano del hombre tardaría algo en desaparecer, pero solo sería cuestión de tiempo.

La siguiente foto, tomada por Andy Biggs, demuestra que somos un mamífero más en el devenir de los milenios y que nuestra obra se terminará perdiendo un día u otro.

¿Alguien lo duda?