Con cierta desconfianza, acepté la recomendación de ese pequeño varón de 5 años y comencé a leer el tomo. Comenzaba bien, con un bebé que aparece en las aguas de un fiordo noruego, en su cuna y atado a la boya de un barco. No contaré más, porque lo destripo.
La sucesión de páginas me dejó turbado, y la ya famosa habilidad de Verne para crear personajes apareció en todo su esplendor, fina y majestuosamente. El joven Erik fue rodeado de una maravillosa atmósfera en la que la historia humana adquirió toda su plenitud.
Me "bebí" el libro y tengo que decir que ha sido uno de los que más me han gustado de Julio Verne, y ya son unos cuantos, donde la aventura, el desamor y la descubierta capacidad del genio francés para narrar lo más íntimo del acontecer del corazón humano, se mezclan de forma sublime en un final apoteósico en el que hasta derramé alguna lágrima.
Algún estudio asegura que esta es una novela apócrifa del francés, es decir, que no es suya, pero ¿qué más da? La sensación que deja hace obviar la base del talento del escritor, que queda sobradamente demostrada.
Espero que os guste
Ta chido, lo voy a lier
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